Casisoneto Casialegre
Cuando el duro bregar del día a día
apenas da para intentar canciones;
cuando atosigan las tribulaciones,
¡qué sana es la alegría!
Cuando se dice tanta tontería
en boca de gorrón, que no gorriones;
cuando preñan la noche nubarrones,
¡qué sana es la alegría!
Me apunto a la chacota y a la risa,
al desenfreno, a la parranda, al canto,
al quedarme sin blanca y sin camisa.
¡Ay de aquel que sucumba al camposanto!
Le diré que más calma y menos prisa;
yo, aunque enfermé, curado estoy de espanto.
José Zúñiga
(Hasta siempre)
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