Hacemos el amor a media tarde
y luego nos duchamos
y nos ponemos ropa diferente
y nos arreglamos, nos maquillamos
como para borrar
un rastro impropio antes de salir
y no nos damos cuenta
de que la ciudad nos pide olor a sexo
nos quiere despeinados
igual que un folio en blanco.
Ramiro Gairín Muñoz, 2011
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